Si hay unas virtudes en un músico que Pregúntale a Geronimo admira y considera condiciones necesarias y suficientes para hacer buena música, esas son: la vehemencia, la rabia, la violencia intelectual, en pocas palabras: El macarrismo ilustrado.
Charles Mingus nace en 1922 en Nogales, Arizona. Se inicia en la música de corte más eclesiástica influido por su entorno, aunque rápidamente siente la llamada del Jazz y en particular de Duke Ellington. Comienza tocando el trombón, sigue con el chelo y finalmente abandona este último en favor del contrabajo. Los motivos que le llevan a pasarse del chelo al bajo varían según las fuentes, mientras unos afirman que fue debido a ciertos comentarios de un amigo suyo respecto a que el chelo era más propio de la idiosincrasia del pueblo blanco que de la del negro, otros aseveran que se debió a su aspecto ridículo mientras tocaba, dada su gran altura (la de Mingus).
Queremos resaltar aquí el tremendo carácter de Mingus, un músico que no toleraba que la gente hablase o hiciese ruido mientras tocaba, capaz de volcar una mesa llena de bebidas encima de una cotorra que no prestaba la atención debida al concierto y a continuación romper un contrabajo contra la pared y salir de la sala blasfemando, de atacar con un hacha al pianista Jaki Byard (el cual tuvo que defenderse con un extintor), o de romperle los dientes al trombonista Jimmy Knepper. Un músico apasionado que no pudo soportar la muerte de Eric Dolphy, del cual había tomado el nombre para llamar a su hijo. En sus últimos años termina destrozado por las drogas y la depresión, en 1977 le diagnostican ELA y en 1979 muere en México.
Así pues, en Pregúntale a Geronimo, nombramos a Charles Mingus como ínclito miembro fundador de la etiqueta “Macarras Ilustrados”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario