(...) jamás he sentido interés por ningún tema que no sean los que he tratado durante toda mi carrera: Dios, sexo y muerte. ¿Hay algo más grande y más interesante que eso? Lo dudo. La ventaja que tiene ser tan pomposo y arrogante al pensar que puedes enfrentarte a estos asuntos es que son tan enormes que jamás los acabas. Siempre hay motivos para retornar a ellos. Soy como ese perro atado a... No, espera... Eso era de Beckett, pero no era así. Soy el perro que vuelve a su vómito. Mierda, esta es de Oscar Wilde. ¿Fumas? (...) Ya está: el hábito es el lastre que encadena el perro a su propio vómito. Esa es la de Beckett. Sigamos.

Nick Cave*

Tu tranquilo, déjame hablar a mi.

I. ¿Alguna vez han fantaseado con dar al traste con todas las estrecheces de sus miserables vidas robando un banco? Pues eso es porque ustedes son unos burgueses postcapitalistas obsesionados con la promesa constante del ascenso sobre sus semejantes a base de dar el pelotazo, planteada de manera fetichista a través de los Aparatos Ideológicos del Estado en el standard conocido como caper story; colocándose el ala del sombrero como Johnny Depp, planeando un último-gran-golpe como George Clooney. En ustedes no tiene ningún mérito querer robar un banco, casi es obligatorio. Pero en un hombre del partido en la Rumanía del Pacto de Varsovia, de forma totalmente aislada, carente de referentes, de precedentes, de cualquier atisbo de lógica posibilidad de éxito... éso es otra cosa. Ése es Igor Saveanu.

II. Igor es un hombre del partido, ingeniero con experiencia bélica revolucionaria, que decide que está harto de la frugal sobriedad socialista, y que lo que él quiere es dar el pelotazo. Así que reúne a una banda a prueba de cualquier contingencia delictiva: otro ingeniero, un expolicía, dos periodistas y un profesor de historia. El 28 de julio de 1959, esas cinco personas se llevan el dinero que un coche blindado transportaba por Bucarest. No voy a aventurarme a especular con el cambio del leu de hace cuarenta años al euro de hoy, pero supongamos que sería una cifra lo bastante grande como para moverse en coche blindado. Dos meses después, los cinco están detenidos.

En principio, el caso tendría que haber sido tramitado por vía civil, pero uno de los acusados decide tirarse un farol. Los cinco resultaban ser judíos, así que afirma pertenecer a un comando proisraelí que intenta financiar e
xpatriaciones hacia la tierra prometida: transforma el caso en político con la esperanza de que los americanos se impliquen. Inmediatamente, los cinco recién declarados agentes-del-capitalismo-imperialsionista-amenazando-al-estado son condenados a muerte; ejecutados a los tres meses, se libra una de las ladronas por estar embarazada.

III. El cine caper estaba prohibido en Rumanía, representaba (representa) una cosmovisión inherente al capitalismo occidental. Sin embargo, e
xiste un ejemplo de cine de robos en la Rumanía socialista: Reconstituirea. No es una historia basada en hechos reales, sino verdaderos hechos reales: los cinco protagonistas del robo fueron persuadidos para representarse a si mismos en una versión cinematográfica a principios de 1960, antes de que su condena se llevase a cabo. En contraindicaciones están rastreando la cinta (-->) , y un documental sobre el tema (hecho a posteriori y en occidente).

IV. ¿A quién se le ocurre reclutar para un robo a dos periodistas y un profesor de historia? ¿Pretendían acaso
dejar constancia del robo a corto y largo plazo?A quién se le ocurre decirle a un tribunal soviético que no eres un simple ratero del tres al cuarto, sino un enemigo del estado? ¿A quién se le ocurre poner como excusa una financiación externa que dependería de un hipotético cambio de divisas con el leu que, en la práctica, era imposible? ¿Pretendían en realidad escapar del país con el dinero que no podrían cambiar? ¿Pretendían gastarlo en una vida de excesos burgueses que no despertase sospechas en la Rumanía de los 60? ¿Se supone que un grupo con varios miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado soviético no se había planteado ninguna de estas menudencias?

Hay quien dice que el robo nunca e
xistió, que fue una orquestación para acusar de ineficaces a una parte de los mandos policiales y poder renovarlos, o que se trató de una forma de matar administrativamente a cinco hombres que pudieran pasar al divertidísimo mundo del espionaje internacional sin dejar huellas. No obstante, nosotros elegimos no creer ninguna de esas razonables alternativas. Preferimos pensar que el estrepitoso fracaso de Igor Saveanu fue la historia de un tipo tan grandioso que no se paró a pensar dos veces. Es más divertido así.

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Nota: Si las imágenes le parecen aleatorias, intente documentar gráficamente el robo de un coche blindado en la Rumanía pre-Ceauşescu
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