
En 1923, Olga vive en el campo con su secta, pero en 1925 está casada con Frank Lloyd Wright, un señor que hace casas en los EEUU. Olga aporta al matrimonio a su hija, Svetlana Hinzenberg. Svetlana H. se hace mayor y, en 1935, se casa con otro arquitecto, William Wesley Peters. En 1945, a Svetlana H. la pilla un coche. Ahí termina su historia.

3. En 1970, Olga (o sea, la del punto 1.) llama a Svetlana A. (la del punto 2.). Y todo ese runrun que le había oído al gurú Georges a lo largo de años termina por condensarse en un solo acto: Olga llega una conclusión. Svetlana A. tiene la misma edad que Svetlana H. tendría, y la misteriosa coincidencia de sus nombres hace que a Olga se le encienda una bombilla: tienen que ser la misma persona (después de todo, solo 280 millones de personas llevan nombres rusos). Sus argumentos son tan convincentes que no solo Svetlana A. asume su nueva personalidad, sino que el ex marido de la pobre atropellada, William Wesley Peters, acepta casarse con ella. Svetlana A.= Svetlana H. Si a William le pareció bien...
loquisimo!
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